Fuente: ABC
Aquel enterramiento del castillo de Besora, en la comarca de Osona, no era como las demás. A los investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y de la empresa de arqueología ATICS les llamó la atención que tres adultos hubieran sido inhumados simultáneamente en una misma tumba del cementerio parroquial de la fortaleza, junto a la iglesia de Santa María. Los esqueletos no presentaban signos de violencia, ni ninguna otra patología observable a simple vista y su disposición dentro de la fosa sugería que habían sido víctimas de una epidemia.
La datación por Carbono 14 aumentó sus sospechas. Los individuos habían sido enterrados entre los años 1300 y 1370, un periodo en el que la peste negra devastó Europa. Ahora, los análisis genómicos realizados en el laboratorio de ADN antiguo y moderno de la UAB han venido a confirmar sus suposiciones. A pesar de la degradación de las muestras, el equipo de la Unidad de Antropología Biológica dirigido por Cristina Santos ha identificado el ADN antiguo de la bacteria de la peste negra, ‘Yersenia pestis’, en los restos dentales de uno de los fallecidos.